HISTORIA DEL DINERO


Es difícil pensar que hubo una época en que no existía el dinero. Lo cierto es que hace miles de años nadie lo usaba. Para obtener los bienes que necesitaban, la gente de la antigüedad empleaba el trueque, es decir, cambiaban una cosa por otra. Esta forma de intercambio no siempre funcionaba bien, pues era necesario que cada persona poseyera algo que le interesara al otro. Aunque el trueque continúa usándose, la economía en la actualidad es principalmente monetaria.

El historiador griego Herodoto le atribuye la invención del dinero a los lidios, un pueblo del Asia Menor, que para el año 670 antes de Cristo circuló monedas hechas de una aleación de oro y plata. Mucho antes que ellos, en las distintas culturas del mundo ya se usaba una gran variedad de objetos como dinero: conchas de cauri en la India, arroz en China, discos de piedra caliza en la isla de Yap en el Pacífico, además de semillas, caracoles y herramientas en miniatura, entre muchas otras.
Con el fin de facilitar el comercio, la gente comenzó a usar monedas hechas de metales valiosos para pagar por los bienes y servicios que necesitaban. Y fueron los chinos, que inventaron el papel y la tipografía, los primeros en usar el papel moneda, en el siglo 9. El valor de éste era garantizado por el oro y la plata del gobierno chino, con la gran ventaja de no ser tan pesado como las monedas.
El papel moneda apareció en Europa durante el siglo 16 y su valor dependía de los depósitos en oro que poseía cada país. En el presente, la mayoría de los países tienen su propio sistema monetario e imprimen su propio dinero, que por estar hecho de papel tiene muy poco valor por si mismo. Los billetes de papel representan un valor monetario decretado por el gobierno de cada país.
Existe una gran variedad de monedas en el mundo. Algunas de las más conocidas son: el yen japonés, el dólar estadounidense, el euro y las libras esterlinas. En América el peso mexicano, el real brasileño, el bolívar venezolano, el peso argentino, el peso chileno entre otras.
Las monedas evolucionan. Algunas pierden valor y se dejan de producir. Otras de hecho desaparecen. Desde enero de 2002 se comenzó a usar una nueva moneda en toda Europa llamada el euro. Este sustituyó las monedas nacionales de cada país de la Unión Europea. Por ejemplo, ya no se usan las pesetas de España, ni las liras de Italia, ni los francos franceses. Estos países cambiaron su moneda por euros.
Entre las formas para pagar con que contamos ahora están el dinero en efectivo, los cheques y las tarjetas de crédito. Las tarjetas de los cajeros automáticos, (que en Puerto Rico se conocen más como ATH), permiten obtener efectivo rápidamente y también se usan en algunos comercios como forma de pago.
Las monedas continúan cambiando y evolucionando, algunas de ellas desaparecen y otras nuevas las sustituyen. Y ¿qué nos espera en el futuro? El dinero digital, en forma de bits y bytes podría ser la moneda del nuevo milenio. Este funciona como el dinero normal, solo que no está hecho de papel. El dinero de la cuenta de banco se convierte a un código digital y se almacena en un microchip, en una tarjeta o en el disco duro de una computadora. Este dinero electrónico podría ser usado anónimamente para comprar a cualquier comercio o vendedor que acepte la transacción, ya sea en la Internet o en un centro comercial.

La aparición del dinero constituye uno de los grandes avances de la civilización humana en toda su historia.
Antes de que el dinero existiera, los intercambios entre las personas eran, en cierto modo, complicados, pues éstos se realizaban a través del trueque, el cual funcionaba de la siguiente manera:
Existen una persona “X” y otra persona “Y”. En caso de que “X” quiera realizar un intercambio con “Y”, X debe tener algo para cambiar que “Y” quiera, todo ello partiendo de la premisa básica de que “X” y “Y” deben querer negociar al mismo tiempo y por cantidades simbólicas iguales. Así pues, podemos concluir que, para poder realizar intercambios entre personas, debía existir una doble coincidencia de deseos y necesidades de intercambio, lo cual era muy difícil de encontrar, aunque no sobra decir que, aun cuando el funcionamiento del trueque fuese muy complicado, éste ya significaba un avance de las sociedades autosuficientes.
En vista de lo anterior, se hizo evidente la necesidad de crear o encontrar algún medio que sirviera para valorar todas las mercancías y servicios que existían en los mercados y que fuera, igualmente, aceptado por todas las personas como forma de pago por sus mercancías. Lo anterior implicaba encontrar una mercancía que “X” estuviera dispuesto a cambiar por su producto y, luego, con esta mercancía, le pagara a “Y” por su producto, mientras, a la vez, éste la aceptara como forma de pago y estuviera dispuesto a utilizarla en sucesivas transacciones.
Existieron muchos tipos de mercancías que buscaban cumplir con el anterior propósito, sin embargo, siempre se encontraban inconvenientes al usarlas: se intentó utilizar ganado, pero no se podía dividir en pequeñas partes, aceite de oliva (muy divisible, pero difícil de utilizar). Otras mercancías utilizadas fueron: cerveza, vino, cigarrillos, algunos metales, etc. Estos últimos, los metales, fueron los que más se acomodaron a las necesidades, pues se podían dividir en pedazos reducidos, eran fáciles de distinguir, tenían belleza propia, eran resistentes y poseían un valor propio por ser escasos. La plata y el oro fueron los metales más utilizados, inicialmente en forma rústica y, luego, de forma más elaborada, en monedas. Sin embargo, la plata se empaña, mientras que, por el contrario, el oro no, lo cual le daba más ventajas y hacía más fácil detectar falsificaciones. El único problema del oro es que era muy escaso y las monedas debían ser muy pequeñas.
La dificultad y el peligro que conllevaba llevar monedas de oro era evidente: además de ser pesadas, eran un botín fácil para los ladrones, razón por la cual se buscó reemplazar las monedas por algo más fácil de cargar que no implicara tanto peso y peligro, siendo así como se llegó al papel moneda, llamado comúnmente “billetes”, los cuales, en un principio, podían ser cambiados por oro.
Actualmente, el dinero, tanto en billetes como en monedas, no se puede cambiar por oro, ni tiene valor en sí mismo: su valor radica en las cosas que se pueden comprar con él.


Bibliografía consultada


SAMUELSON, Paul A. y NORDHAUS, Willliam D.,
Economía, McGraw-Hill, México, 1986.


1 comentario:

  1. Hay quien dice que el dinero mueve el mundo. otros en cambio, lo consideran como el causante de todos los males de la humanidad. Pero la mayoría de las personas reconocen que el dinero es necesario, y que a todos nos conviene aprender la forma de manejarlo adecuadamente.

    ResponderEliminar